El ser humano, desde el momento en que nace, vive con base en sus emociones y se dirige a la vida conforme ellas le dictan. Al momento de establecer relaciones duraderas con otros, busca elementos o cosas en común. Estos pueden ser valores o creencias y muchas veces lo que se encuentra son las emociones que están puestas por el puente de la empatía. Lo mismo sucede con la música. El momento en el que comunica, debido a su letra, sentimientos o estado de ánimo, se vuelve una herramienta de la función comunicativa emocional para expresar aquello que una persona puede sentir debido a una situación. Al escuchar una canción que expresa de manera exacta lo que se siente es algo verdaderamente satisfactorio porque es posible la identificación con las palabras de dicha canción.
La función emotiva (o expresiva) en la música tiene un poder enorme debido a su alcance de magnitud y gran influencia sobre la sensibilidad del ser humano. Su musicalidad afecta cada fibra emotiva del interior y hace que el individuo sienta incluso “la piel de gallina” o una ola de emociones al momento de escuchar una buena pieza de música. La comunicación emocional se refiere a aquella donde se habla sobre los sentimientos e ideas de un individuo para exteriorizar los que los demás sepan del estado de ánimo en relación a un aspecto de la vida. Todo esto con el fin de establecer un vínculo emotivo con nuestros semejantes para así poder sobrevivir en una sociedad con un sistema social determinado.

En el experimento de Carol Krumhansl, llamado “An exploratory study of musical emotions and psycho physiology” (Canadian Journal of Experimental Psychology, 1997) puso a prueba a 38 estudiantes que escucharon 6 pasajes de música clásica, identificados como expresivos de tristeza, miedo, felicidad y tensión. Ellos estaban conectados a monitores que detectan las variaciones de sus sistemas respiratorio y cardiovascular, esto significa que se examinó la respuesta física y emotiva de cada uno de ellos. Los resultados registraron cambios fisiológicos notables en función de la música. Con esta información se puede comprobar varios aspectos, entre ellos:
La música triste produce cambios en el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, la conductividad dérmica y la temperatura. La música aterradora produce fuertes alteraciones en el ritmo y la amplitud de las pulsaciones cardíacas. La feliz produce cambios importantes en los patrones respiratorios.
¿Qué significa lo anterior? Quiere decir que la música tiene un impacto emocional pero también físico, ya que la música no solo comunica sentimientos o emociones, sino que también puede estimular, relajar, potencializar la autoestima y facilitar las relaciones personales. Al mismo tiempo, si la música no es agradable puede causar desesperación, enojo, desinterés, entre otros. Existe la musicoterapia y esta puede resultar realmente útil para aquellas personas con enfermedades o desórdenes mentales porque según el Comité de Práctica Clínica de la World Federation of Music Therapy (1996), tiene como fin desarrollar potencialidades y/o restaurar las funciones del individuo de manera que este pueda lograr una mejor integración intra e interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento.

Para finalizar, la música comunica emociones y sentimientos. Las personas se pueden identificar o sentir empatía con lo que dicen los cantantes y las melodías que crean los músicos. Esta maravilla favorece y ayuda al desarrollo emocional de todos (sobre todo aquellos que tienen enfermedades cognitivas), por los estados de ánimo que puede suscitar, así como mejorar las dificultades en la comunicación, en la integración sensorial (ya que está cargada de estímulos tanto auditivos como kinestésicos) y la interacción, la cual aporta calma, equilibrio y conexión con los demás y con el entorno.
Referencias:
- Iribar, A. (2008). La música como lenguaje de la emoción. Recuperado en Febrero 2019, de D Web en: http://paginaspersonales.deusto.es/airibar/Musica/Textos/Lenguaje%26Musica/L_04.html
- Martínez, Y. (2010). La comunicación musical es una forma de empatía. Recuperado en Febrero 2019, de Tendencias21 en: https://www.tendencias21.net/La-comunicacion-musical-es-una-forma-de-empatia_a5352.html
